R3: Educación emocional y acompañamiento digital: una respuesta psicopedagógica al bullying en jóvenes con discapacidad intelectual
En mi experiencia en el área de Itinerarios Formativos de la Fundación Asindown, he podido observar cómo muchos jóvenes con discapacidad intelectual arrastran huellas emocionales profundas derivadas del bullying y la exclusión vivida en etapas escolares anteriores. Estas experiencias, aunque ya pasadas, continúan influyendo en su autoestima, en la manera en que se relacionan con los demás y en su forma de desenvolverse en entornos digitales.
Durante el análisis de necesidades realizado en el centro, surgieron con fuerza tres aspectos clave:
- Dificultades en la gestión emocional y en la comunicación afectiva.
- Baja autoestima y escasa confianza social, a menudo relacionadas con experiencias de rechazo.
- Uso poco crítico y, en ocasiones, inseguro de las redes sociales, donde se reproducen dinámicas de exposición y comparación.
Estas observaciones me llevaron a plantear una pregunta central: ¿Cómo podemos acompañar a estos jóvenes para que comprendan sus experiencias de acoso, reconstruyan su bienestar emocional y aprendan a relacionarse de forma segura y empática en el entorno digital?
Una propuesta de mejora: el plan de intervención psicopedagógica
A partir de esta reflexión, diseñé un plan de intervención psicopedagógica titulado “Educación emocional y acompañamiento digital tras experiencias de bullying en jóvenes con discapacidad intelectual”.
El objetivo general es favorecer el bienestar emocional y social de los jóvenes, integrando la educación emocional con el aprendizaje de un uso responsable y consciente de las redes sociales. El plan propone una serie de talleres vivenciales que permiten reconocer emociones, desarrollar empatía, fortalecer la autoestima y aprender a convivir tanto en el aula como en los espacios digitales.
Ejes principales del plan:
- Reconocimiento emocional: ayudar a los jóvenes a identificar y expresar lo que sienten, entendiendo que todas las emociones son válidas y forman parte del proceso de crecimiento.
- Empatía y convivencia positiva: fomentar el respeto, la cooperación y la comprensión del otro a través de dinámicas grupales y role playing.
- Alfabetización digital emocional: reflexionar sobre el impacto de las redes sociales en el bienestar y aprender estrategias para comunicarse con respeto y seguridad.
- Autonomía personal y social: potenciar la toma de decisiones, la responsabilidad y la capacidad de pedir ayuda cuando se necesita.
Un proceso colaborativo y restaurativo
La propuesta ha sido validada por la tutora de prácticas de la Fundación Asindown y se enmarca en su modelo de atención centrado en la persona. Además, responde a un enfoque restaurativo y de acompañamiento emocional, que busca transformar las heridas del bullying en oportunidades de aprendizaje, comprensión y crecimiento.
El papel del/la psicopedagogo/a en este contexto no se limita a intervenir, sino que implica crear espacios de escucha, seguridad y reconstrucción emocional, donde cada joven pueda encontrar sentido a su experiencia y confianza en su propio potencial.
Hacia una mejora real y sostenible
Este plan no pretende ser una solución aislada, sino un paso hacia la construcción de entornos educativos más humanos, digitales y emocionalmente conscientes. Trabajar la educación emocional junto con el acompañamiento digital permite prevenir nuevas formas de exclusión, fortalecer la autoestima y avanzar hacia una inclusión auténtica y sostenible.
En definitiva, esta experiencia demuestra que la psicopedagogía puede ser un puente entre la reparación emocional y la inclusión social, ofreciendo herramientas para que cada persona, más allá de su discapacidad, pueda decir con orgullo: “Estoy aprendiendo a cuidar de mí y de los demás, también en el mundo digital.”


Este es un espacio de trabajo personal de un/a estudiante de la Universitat Oberta de Catalunya. Cualquier contenido publicado en este espacio es responsabilidad de su autor/a.